martes, 28 de abril de 2015

Sobre las  Instalaciones-Textiles- sonoras
“Gusanos Y Peligro “
 (2012)

Presentadas en los espacios de la Sala Mendoza, en “Contaminados ” muestra curada por María Elena Ramos.



Las instalaciones se conformaron de un proceso largo y minucioso, las formas, las texturas que poseen cada pieza fueron realizadas como una acción de tiempo. Cada forma fue ideada en formatos y contextos distintos; entre el paisaje de Cabruta, estado Guárico y la Cuidad de Caracas. Los materiales utilizados tienen una carga significativa, simbolizan la textura, la piel del paisaje rural y  urbano.

“Gusanos Y Peligro“ representan un cambio en el proceso creativo e investigativo que he desarrollado. Inicié primero disponiendo en un telar rudimentario urdimbres de fibras naturales, algodón, moriche y cocuiza, luego esa pureza de las fibras, se entrelazaron con artificiales, en estas instalaciones es  donde se consolida el proceso de vincular lo manual en diálogo con lo tecnológico. Incorporé a la trama restos de vestimentas que fueron usadas por familiares que conviven en la población de Cabruta, mezclados con otras que fueron regaladas por amigos y desconocidos que contacte via Facebook y residen en la cuidad de Caracas, además  utilizé bolsas de plástico recolectadas de la calle; algunas fueron regaladas y otras eran residuos propios, acumulados en el taller. Utilizando estos  materiales tangibles e intangibles como el sonido de cada contexto y paisaje,  los entretejí para construir una escritura simbólica de mis desplazamientos, una escritura de la textura del paisaje.  Digitalmente haciendo el uso de softwares construí una atmosfera sonora que se expandía en el espacio, con la idea de envolver al espectador en una experiencia sensorial mas allá de lo personal.  A pesar de la carga autobiografica en estas propuestas, tengo una preocupación por expandir las ideas y el proceso hacia problemáticas sensoriales, críticas y autoreflexivas.
“Gusanos” simboliza el paisaje bucólico del entorno tranquilo y seguro que extrañaba, mi hogar,  la familia, el pueblo y su paisaje. Las formas tejidas poseían un tramado muy colorido, amarillos, naranjas, ocres, azules, rojos, valores negro y blanco.  El tratamiento del color ademas de ser simbólico estaba regido por un sistema pictórico, cada hilo o fragmento de tela era como el pigmento adherido al pincel. Una manera de representación del paisaje sin paisaje, pintura sin pintura, prevaleciendo así lo extrapictórico.
La instalación “Gusanos” tiene ese nombre en homenaje a dichos animales  y como registro de ciertas experiencias personales en torno a tales especies.  Estaba conformada por cinco (5) piezas textiles, tres (3)  dispuestas sobre una pared blanca y dos (2) suspendidas en el espacio, como un capullo de gusano que cuelga de un árbol, una de ellas, contenía un dispositivo sonoro oculto al espectador que reproducía una atmósfera creada de la superposición y edición del registro de paisajes sonoros del pueblo Cabruteño.
Sonidos-ruidos mezclados y alterados digitalmente como: el canto de una paraulata en horas de la tarde, el golpe de los sacos de algodón al caer al agua o al ser apilados por los campesinos, el canto del río Orinoco, el ruido de los motores fuera de borda al navegar, el canto de un gallo, el bramado de las vacas y las voces de personas en espacios abiertos o en el mercado del pueblo.
En contraste con sonidos “claves” de la cuidad, especialmente las señales acústicas de control social, como: las cornetas, el tráfico, las sirenas de ambulancias, policías, las alarmas, el ruido de los motorizados y hasta tiroteos… Imágenes y sonidos de alertas e impacto fue el punto de partida para la construcción de la instalación  “PELIGRO”
Pero ¿Por qué “Peligro” lleva ese nombre?.
Estamos expuestos, somos vulnerables ante el peligro en cualquier lugar y espacio. Viví y crecí en un paisaje rural, lleno de tranquilidad, nunca estuve al borde de la muerte, nunca había sido robado; experiencias que viví al asumir un nuevo contexto, el paisaje de la urbe. Cambié rápidamente, tuve que adaptarme a la acelerada vida del citadino, estar alerta ante cualquier situación, porque en la cuidad, la delincuencia es la que domina y no tiene rostro, no es compasiva .
Para el desarrollo de las cinco (5) formas que integraron la instalación “PELIGRO”, recolecte de muchas partes de la cuidad donde presencié hechos de violencia cintas de señalización, la de color amarillo que tiene escrito en letras negras “PELIGRO NO PASE”.


Cada forma era como una especie de signo, fragmentos de un cuerpo o piel en proceso de transformación, el entramado que poseían era compacto y ordenado, en comparación con las piezas de “Gusanos”, lo desordenado estaba en la fragmentario de la frase “PELIGRO NO PASE”, generando así texturas visuales y táctiles.
Representaba simbólicamente la textura del paisaje urbano, donde no hay silencio, lo opuesto al paisaje rural, en la urbe lidera el ruido y el caos, el hombre inocente y confiado del campo no existe. Aquí hay que estar atentos, despiertos porque el peligro tiene mil rostros, no tiene forma definida y mucho menos color de piel. Hay que estar alertas.  
         
   Hay que estar alertas.
“En la trama de la vida no hay jeraquias. ”






Imágenes/Textos:Registro del diario de trabajo Misael Carpio